jueves, 17 de mayo de 2012

Ayer, en la mañana,
vestí mi casa de flores frescas
y pinté pétalos en las paredes.

Muerta de amor
diseñé minutos estampados
y dejé enmarcada la noche
teñida de violetas y luciérnagas.

Las flores de papel
que recorté hace tanto
a la sombra de la mentira
vuelan más allá de mi ventana
y forman constelaciones florales
entre las nubes prófugas de amargura.

¡Qué bonitas mis cortinas
colgadas en costumbres,
qué lindas cayendo ligeras
en el ventanal de mis luces!

¡Qué ligeros los balcones
cuando cuelgan alegrías
entre sus barrotes!

Ayer, la mañana
bailaba sola en medio de la sala
y cantaba tranquila una bossa
en el mismo momento
en que yo me hacía más vieja.

Nada importa
si las flores son frescas
y los plásticos mudan lejos
y el papel pende del cielo.

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