viernes, 31 de agosto de 2012

Ahorita vuelvo



¡Qué bonito está el barrio
en su primer día
tras el solsticio de verano!

Recorro Lavaipies 
en el día más largo.

De los balcones
cuelgan las chilabas y los geranios
la salsa y el sari recién lavado.

Me atrapan los colores del kuskus
servido en la primera mesa de la esquina,
una rubia escandinava
saborea Marruecos y sonríe a Rusia.

Dos calles más abajo
Doña Paquita, la de la farmacia
atiende el resfriado de Amir
que estornuda nostalgia
y le lloran los ojos
libertad islámica.

Atravieso el parque infantil,
ella,
con un lunar rojo entre las cejas,
limpia las rodillas de Bari
que restriega sus juegos
en el suelo de un Madrid daltónico.

Cuba grita desde la terraza
y Colombia contesta,
la fachada ríe,
abajo,
Chile hace yoga
y Uruguay escribe.

Cuelgan pendientes de Mali
en sus orejas negras
carga leche en bolsas de plástico
y esperanza entre las tetas.

¡Qué bonito Lavapies
vestidito de verano,
suenan los ecos de mil acentos
y su desnudez deslumbra!

Enredada en sus colores
soy tan diferente y tan distinta
que soy igual
y dejo de ser de aquí
y de allí

Mientras desciendo al metro
le voy diciendo adios a los madriles
pero todo bien
que ahorita vuelvo.




Junio del 2012

lunes, 13 de agosto de 2012

Desde ayer




Desde ayer
la piel me huele a aceituna.

Bajo la sombra del olivo
que regó el sudor del pueblo
miro el cielo
y el cielo es libre

Las voces de un coro
se me cuelan bajo el pañuelo
y el agua me viene regando
arraigando mis pies
a la tierra que ríe justicia

Si asomo la mirada
a las manos del compañero
adivino utopía bajo las uñas
y del surco brota el poema
como árbol de promesa de futuro

La palabra lucha
se me clava como arado de justicia
recién empieza la siembra
y el campesino avanza
en barcos, en campos y en asfaltos

Desde que yo
ya no soy solo yo
he dejado de tener miedo
y soy olivo
que crece en la plaza
como crece en la tierra
olivo que mira al cielo
y ve que este es libre
y es paraguas que nos ampara.

Marinaleda. 12 de agosto del 2012