miércoles, 13 de abril de 2011

Silencio


Callarán hasta las ramas de los sauces
que rodean la que fue nuestra casa.

Las hojas del otoño
caerán mudas en noviembres infinitos
y su caída
será lluvia silenciosa
teñida de ocres y amarillos.

El viento será cómplice
de este crimen pasional de otoño
y a partir de entonces
entre tu bosque y el mío
un desierto mudo
crecerá como enredadera eterna.

Las palabas entre nosotros
serán recluídas en la libertad que nos prestamos
y una vez  nos abandonemos
no habrá tortura
ni garrote vil
que fuerce una queja
ni siquiera un crujido de lamento
capaz de despertar este silencio de desierto
y esta distancia planetaria.