Hay corazones que son como los humedales
que sobreviven a las sequías del verano
hacen de sus grietas
trincheras de resistencia
y protegen el junco
en su charco de barro
Dejan que el viento
mezan su tregua
a golpes de mañana
teniendo como horizonte
el único destino
de seguir viviendo
hasta que lleguen
las primeras lluvias
Son luz minúscula de luciérnaga
que alumbran la oscuridad
de las noches de parto de luna nueva
Hay corazones
bendecidos por el perfume
de la paciencia
en los que las abejas
se alimentan de secretos
y los reparte silenciosamente
entre los recién nacidos
de la primavera
Hay corazones que son flores
que tiñen de colores
la brisa tempranera
que peina el amanecer de las cimas
que resisten en la Guayanaen lo alto del tepuy
adaptándose milagrosamente
a las caprichosas condiciones
que dominan las alturas
donde todo se ve
y se está más cerca del cielo.
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