jueves, 22 de abril de 2010

Metamorfosis

Siempre me queda la sonrisa
esperándome en el descansillo
tu palabra amable
con voz en proceso de cambio.

Tu mirada, tan parecida a la mía,
me sorprende cambiante
al doblar la esquina.

Me queda tu beso de buenas noches
aún intacto de madureces y verguenzas
tu reproche parido de convivencia
 y tu auxilio con forma de cuerpo blando.

Me sigue quedando el perseguir tus pasos
el observar de tus cambios,
escuchar tus indecisiones
atender tus necesidades
y reir de tus risas sin motivo.

Y tu siempre me socorres
en un juego infantil
de domingo por la mañana.

Y mientras, me pregunto cuando
y cuanto nos durará
el coletazo de tu infancia
y deje de ser andamio de tu cuerpo.

Para Nacho

1 comentario:

  1. Todo lo pequeño crece, todo lo inmaduro acaba madurando. Sí, la infancia llega a un límite previo paso por inevitables "coletazos". Sin embargo, es en la edad de discreción, en ese período de inocencia que uno perfila su personalidad, su visión del mundo, de la vida. Gracias a la educación por ti regalada, llena sin duda de afecto y cariño, a más no poder, Nacho será seguro un buen joven.
    Esperemos que tenga buena adolescencia...
    Saludos :)

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