viernes, 12 de marzo de 2010

Instructivo para llamar al teléfono móvil de la eternidad




Pulse asterisco. Espere oír el evangelio de estas rosas en la nada. Marque el cero seguido del eclipse con oxígeno. Aguarde a oír su confidencia en la catedral de las ballenas. Marque luego el siete. Diga la palabra grillo y oiga al grillo. La voz del espectáculo le preguntará qué quiere. Deletreé lápida para comunicarse con Benedetti. Medite despacio en lo despacio, hay desierto. Apriete almohadilla para que se tumbe agosto como león de circo. Tenemos todas las líneas ocupadas. Pero responda crepúsculo si busca una psicoanalista para lágrimas. Nada, no diga nada si solicita eternidad esbelta metro setenta caja de pino. Manténganse atento al aparato. Ya no hay rosas en la academia de rosas. Hay un reloj florecido en cada tiesto, nubes en las uñas, hay fracaso. Gracias por su llamada, no cuelgue. Ponga el sombrero sobre la cama, le atenderemos en ningún momento.

Del libro "La casa roja" de Juan Carlos Mestre

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