sábado, 13 de marzo de 2010

Descanso


Creo que las lluvias arrasaron el monte
que se llevaron casi todo y ahora
tus cosas y las mías, andan revueltas
en un río desbocado y fuera de su curso

Sin duda el tornado también dejó huella
en el pueblito donde asentamos nuestra casa.
Se han caído más de diez tejas
y tres maderas del porche se han levantado
abriendo un agujero oscuro.

El árbol que nos dio sombra sin embargo
sigue en pie, esperando a los nuevos inquilinos,
pero le faltan varias ramas, las más frondosas,
tendrán que cuidarle tan bien como lo hicimos nosotros.

Las grandes nevadas del invierno
helaron el pequeño trocito de tierra
que cultivábamos día a día.
La azada no se hace con ella,
demasiado dura, demasiado fría,
demasiado triste.

Creo que han sido demasiadas catástrofes naturales
y tu cuerpo y el mío están cansados
démonos una tregua y descansemos
de nuestros vientos y nuestras nieves

Esperemos a que el río vuelva a ser transparente
y si para entonces sigues en la vereda
aunque sea en la otra orilla
descuida, que nadaré hasta el otro lado

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