Personalmente prefiero desnudar la vergüenza propia, que la ajena ya veremos qué hago con ella. Cuando las palabras se acobardan en la garganta, son los dedos los que tratan de vomitar el escozor de las neuronas. Un saludo.
Personalmente prefiero desnudar la vergüenza propia, que la ajena ya veremos qué hago con ella. Cuando las palabras se acobardan en la garganta, son los dedos los que tratan de vomitar el escozor de las neuronas.
ResponderEliminarUn saludo.