jueves, 13 de diciembre de 2012

Surcos



Soy de donde la tierra es ancha
de donde el trigo
mueve los llantos
soy de donde el carácter
se amasa con harina
soy de nudo en la garganta
y de trago y respiro

Soy nieta del surco y el arado
venda en las manos
de antiguas grietas sangrantes.

Se me olvidó quizá
algún día
que soy de la tierra
repletita de guijarros
que me basta levantar la vista
para darme cuenta
que el tomillo crece en la sierra
y que si ando un poco
se me enredará en los tobillos
y echaré raíces
de futuras retamas
de flores amarillas.

Más allá de la verdad cotidiana
podría desmenuzar el pasado
y hacer migas en caldero de hierro
y volver a nacer
como nace el río cada invierno
después de haber muerto en sequías.

Soy de la tierra
donde se trillaba en silencio
y se mascullaba la pena
de adivinar juventudes emigrantes
hacia lugares donde el grano
ya no sería trigo.

Recordé a mi abuelo
pegado a la azada
y a mi abuela urgente
y un horizonte de pastos
se abrió camino
en el recuerdo presente.

Volveré a mi tierra
cuando arreglemos el hoy
y el mañana inmediato
dejado y abandonado
por amnesia colectiva

volveré aquí
o a otro lugar
donde pueda organizar mis surcos
y ver crecer las flores

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